El sacacorchos y sus curiosidades

por | 03/06/2013

Los sacacorchos, esas perfectas herramientas en espiral que nos permiten abrir mundos nuevos llenos de aroma y carácter propio.

El sacacorchos es, a todas luces, uno de los avances tecnológicos más importantes de nuestra civilización. Con ellos nos transportamos a otros paisajes, a otras tierras, a otras vidas y a otras costumbres diferentes a las nuestras. ¿Qué pocos creadores, en el mayor de los anonimatos, han hecho tanto por tantos de nosotros? El que inventó este instrumento divino para abrir las puertas de Baco es un personaje completamente desconocido, seguramente porque fue el mismo que inventó los corchos para tapar las botellas. La perfección absoluta de su diseño, nos permite sacar un corcho, hinchado ya por la humedad y los gases de la fermentación interior, del cuello estrecho y diminuto de una botella de cristal. No debe de haber muchos inventos similares en la historia de la humanidad, ni tampoco tan antiguos. Lo curioso es que, desde hace ya siglos, el diseño no ha evolucionado en exceso, pues el esquema principal sigue ahí, tal y como todos lo concebimos.

¿Quién no tiene el recuerdo infantil de tener un sacacorchos en las manos, mientras sus padres hablaban de sus cosas en el salón principal? Todos los niños cogían ese artilugio con veneración absoluta. Después de haber sido utilizado, le quitaban el corcho y lo estudiaban con ahínco. Ese robot metálico con su cabeza, sus brazos, su tronco y su única pierna en forma de espiral….Otros lo veían como un búho de acero. Es lo que tiene la imaginación desbordante de los niños.

Los diseños, los colores, las mezclas de los materiales en su fabricación, y la ingeniería básica aunada con el ingenio necesario para desarrollarlos, son muchas de las características que hacen destacar a estos objetos de culto. Desde los más sencillos, con un cilindro de madera por sujeción y la espiral de hierro a base de fuerza bruta, pasando por el sacacorchos ideal para la velocidad propia de los bares de tapas, con su mini navaja, su apoyo y forma aerodinámica, hasta el sacacorchos más adelantados de todos, esos anclados a la pared, esos que con un sólo movimiento de la mano ya se tiene abierta la botella, todos son únicos, todos, desde los más sencillos y humildes hasta los más meticulosos y complicados. Todos sirven para lo mismo, y nadie puede decir que sea un mal uso.

Sacacorchos

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